sábado, 2 de septiembre de 2017

MI PLAYA DE PLATA


Hay en el mundo una playa que huele a aceites y tripas, a marismas y a ostiones, a plumas mojadas, a estío. Ella no sabe que es playa porque aún no dejó de ser río, y es arisca y despeinada porque no sabe hacer olas, ni rugir con genio, ni atraer gentío. Sus barcas que son su espuma conocen su desvarío, la acompañan en su baile y le silban al oído. Mi playa tiene teselas color de plata en su lomo, brillantes como diamantes, nerviosas como potrillos, ligeras como bichitos. Y suenan. Suenan a sal, a cauce, a mar, a agua dulce y rocío. Sólo cuando la escucho mi playa de plata sonríe. Mi playa de plata que es río.