Amar en la distancia es, probablemente, una de las maneras más
desinteresadas de amar. Es compartir la alegría que no ves, aliviar las
penas que no puedes abrazar, anhelar una voz con la misma intensidad que
otros anhelan el roce de una mano y el abrazo en la noche. Amar en la
distancia es guardar bajo llave cada pequeño gesto del día a día con la
ilusión de salvarlos intactos hasta su entrega, es amar con el corazón
cegando la cabeza; es aprender a fabricar un agujero negro al que van a
parar las demostraciones de amor que jamás se solidificarán, para que no
salgan de ahí, para que no duelan. Amar en la distancia es decir cuánto
tiempo llevamos juntos y qué poco nos hemos visto y, aún así, querer
seguir amando.
martes, 29 de septiembre de 2015
sábado, 12 de septiembre de 2015
Perros apaleados
Fue justo en ese momento en que empecé a girar la cara al hablarte de mis pretensiones cuando relegué mis ambiciones para contigo, porque de otro modo, de frente, a los ojos, tú mirabas como un perro apaleado y a mí me dolían los estacazos. ¿Cómo siendo tuyos, para ti, venían a magullarme a mí aún con más saña? ¿cómo salir ileso, así como tú pareces? Sólo un camino posible, el que me lleva a amarte y a hacer míos tus anhelos y de nadie los míos, sólo eso. Tan fácil porque te quiero, tan difícil por eso mismo.
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