EL AQUELARRE DEL GIRASOL
jueves, 26 de febrero de 2015
Un giro que no cesa
Y en ciertos momentos, cuando el campo duerme y los bichos nocturnos viven, los girasoles se hermanan, entrelazan sus raíces y corean al unísono sus cánticos sirénidos, sólo entonces el balanceo de sus cuerpos mece mis yemas y comienza el aquelarre.
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