jueves, 13 de mayo de 2021

TENGO


Tengo un cajón lleno de manteca que se derrite y se desparrama, de bancos de forja en medio de la calle ansiosos de culos cansados y ojos observadores, un cajón lleno de puntos negros que crecen como flores surgiendo de la nada, de conversaciones silenciosas y pupilas habladoras, de carcajadas con lágrimas y sana asfixia, de canciones y libros, de cuencos para cereales, de coreografías estúpidas y lindas, de brisa marina y salitre reseco, de paseos en los que lo de menos son las pisadas, de siestas acaloradas, de desayunos, de transistores debajo de la almohada, de teatrillos y performances, de palabras dulces, de recetas, de estrellas y perseidas, de cigarros en la ventana y de maletas por hacer. Tengo un cajón colmado de sueños, de bellos propósitos, de futuro sano y fuerte, de quereres son poderes, de esperanzas cimentadas y semillas germinadas. Tengo un reloj que no para, que aporrea y chilla tictacs que duelen, y tengo una llave colgada en mi pecho. Tengo las voces de quienes se preocupan por mi vigilia, zarandeándome, implorándome, y tengo un cuco perezoso y libre que no aparece en las en punto. Tengo para mi cuco una flor que nunca muere.

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