jueves, 6 de octubre de 2022

MENTIRAS


Por supuesto que sí, algunas mentiras son maravillosas, tanto que a fuerza de recrearse en ellas se van somatizando, para mal y para bien, como ese dolor en la boca del estómago fruto de una neura que si no se solventa, la neura, se hace crónico, el dolor, o como esa buena cara que creemos portar en ocasiones solo por eso, por creerlo. Algunas mentiras son un bálsamo para suavizar los días de viaje que llevarán a la verdad, mentiras repudiadas por serlo, pero tan necesarias a veces. Algunas mentiras son verdades por fascículos, con sus entradas fuertes, sus desarrollos lineales y sus "continuará" contundentes, como hace la teleserie del viernes que no reaparece en pantalla hasta el lunes. Hay mentiras más reales que la propia verdad, porque se empleó en su elaboración toda la pasión que le faltó a la realidad. Hay mentiras que avisan, que chillan que lo son y que son más puras que la verdad que se espera. Hay mentiras temporales que son verdades eternas, las que por mucho cuello que metas en ellas, como para respirar a salvo, ahogan. Y qué bueno que ahoguen y que no terminen de creerse para que, alguna vez, al fin, uno saque la cabeza desparramando fango, salpicando torpemente y , con alivio, se abandone a la verdad.

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