Si en el viaje te pierdes siempre puedes buscar el marcapáginas, si es que lo dejaste, o el borde doblado de la hoja, si acaso la quebraste. Uno se moverá contigo, será tu candil hasta el último aliento de la última letra; el otro quedará siempre entre las líneas como una cicatriz reminiscente. Así se marca la vida. Y los libros.
Haces de los libros... pieles.
ResponderEliminarBellísimo comentario, no creo que lo olvide!
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